En Sudáfrica, decenas de voluntarios han ingresado a una mina de oro abandonada para asistir a lo que podrían ser miles de mineros ilegales que han estado bajo tierra durante un mes.
En un esfuerzo por extraer oro o residuos minerales, los mineros en Stilfontein ingresaron deliberadamente al pozo. En consecuencia, las autoridades han implementado una política estricta, que implica la restricción de suministros de alimentos y agua.
A principios de la semana, un ministro del gobierno declaró: “Los vamos a ahumar”.
Algunos de los mineros son migrantes indocumentados que temen ser deportados o detenidos, razón por la cual se han negado a cooperar con las autoridades.
Según informes, los mineros han estado consumiendo pasta de dientes y vinagre como medio de supervivencia mientras están bajo tierra.
Existe la preocupación de que su salud pueda estar disminuyendo y que puedan ser demasiado débiles y frágiles para salir de la mina de forma independiente.
Según los voluntarios, que se organizan en tres grupos de cincuenta, se necesita aproximadamente una hora para rescatar a un individuo.
Lebogang Maiyane ha estado siendo voluntario desde el inicio de la semana.
Él declaró: “El desprecio del gobierno por el derecho a la vida de los mineros ilegales que permanecen bajo la superficie equivale a un asesinato”.
En la nación rica en minerales, los mineros ilegales son conocidos como “zama zama” (“tomar una oportunidad” en zulú) y operan en minas abandonadas. El gobierno sudafricano sufre pérdidas de cientos de millones de dólares anualmente como resultado de la minería ilegal.
La policía duda en entrar en la mina debido a la posibilidad de que algunas de las personas que están bajo tierra puedan estar armadas.
Busi Thabane, representante de Benchmarks Foundation, una organización sin ánimo de lucro que supervisa empresas en Sudáfrica, informó al programa Newsday de la BBC que ciertas personas son reclutadas en sindicatos criminales.
En años recientes, numerosas minas sudafricanas han sido cerradas, y los empleados han sido despedidos.
Para sobrevivir, los migrantes y mineros indocumentados descienden bajo la superficie terrestre para extraer oro para vender en el mercado ilegal y escapar de la pobreza.
Incluso existe una pequeña economía de personas que venden alimentos, tabaco y comidas preparadas a los mineros, ya que algunos pasan meses bajo tierra.