El “efecto Ozempic” ha dejado su huella no solo en el ámbito de la salud, sino también en la economía, repercutiendo en la Bolsa de Valores y en el Producto Interno Bruto (PIB) de Dinamarca, e incluso en la humilde patata frita. El fabricante del medicamento, Novo Nordisk, ha impulsado a Dinamarca hacia la cima de la Bolsa de Valores europea, superando a gigantes como Nestlé y LVMH en valor de mercado. Además, se ha convertido en un elemento crucial para mantener el PIB del país en ascenso en el año 2023. Veamos cómo esta expansión de la empresa está influenciando la economía.
El Ozempic, desarrollado por Novo Nordisk, es considerado una innovación en el tratamiento de la diabetes tipo 2. Este medicamento, que tiene como base la semaglutida, no solo ayuda a controlar la diabetes, sino que también actúa en la reducción del apetito, lo que lo convierte en un aliado en la pérdida de peso. Disponible en forma de pluma para aplicaciones semanales en la piel, el Ozempic está disponible en tres dosis: 0,25 mg, 0,50 mg y 1 mg.
Para adquirir Ozempic, es necesario obtener una receta médica. En Dinamarca, el medicamento está subsidiado por el gobierno, con un precio fijado. Por ejemplo, la dosis de 0,25 mg cuesta 1318,25 coronas danesas. Está incluido en la lista de medicamentos subsidiados para personas en tratamiento médico, según los criterios establecidos por el Ministerio de Salud local.
Novo Nordisk ha consolidado su posición como el mayor contribuyente de impuestos en los últimos años en Dinamarca. En 2021, su contribución fue fundamental para que el gobierno alcanzara el valor recaudado más alto en ocho años. “Es un orgullo nacional. Genera una gran cantidad de ingresos, es un gigante contribuyente fiscal y ofrece empleos muy bien remunerados”, afirma la profesora Ingeborg Evans, de 80 años.
Las acciones de la empresa aumentaron un 52% en 2023. Comenzando el año cotizando a 471 coronas danesas, alcanzaron su punto máximo el pasado 13 de febrero, cerrando en 716,5 coronas. Después de este crecimiento, su valor de mercado se estima en más de 412 mil millones de euros.
Novo Nordisk desbancó a LVMH en la Bolsa, poniendo fin a un reinado de dos años y medio del grupo de lujo francés. Mientras que el precio de las acciones de la empresa danesa casi se triplicó en los últimos tres años, el de LVMH, casa de marcas de moda como Louis Vuitton y Dior, se duplicó. Según datos de Bloomberg, después de Novo Nordisk, las empresas europeas más valiosas son: LVMH (336,7 mil millones de euros), Nestlé (278,1 mil millones) y ASML HLDG (226,7 mil millones).
Este crecimiento ha tenido un impacto significativo en la economía danesa. El sector farmacéutico fue responsable de evitar una recesión técnica y revertir las señales negativas del primer semestre. Excluyendo los resultados del sector, el país habría registrado una caída del 0,3% en el PIB durante ese período. Con la contribución de las farmacéuticas, la economía danesa registró un crecimiento del 1,7%. Este resultado sorprendió a las autoridades económicas locales y europeas, que proyectaban un crecimiento anual más modesto.
Novo Nordisk figura entre los principales empleadores del país, con 21 mil empleados directos. Para entender su magnitud, es importante observar que solo 118 empresas danesas tienen más de mil empleados. “El impacto es aún mayor cuando consideramos los empleos indirectos, que abarcan áreas como investigación, industria, fabricación, suministro de materiales y laboratorios. Tengo colegas especializados en economía de la salud que dedican sus estudios exclusivamente a esta empresa”, explica el economista Philipp J.H. Schröder, profesor e investigador de la Universidad de Aarhus.
TikTok ha desempeñado un papel fundamental en la creación de este fenómeno. La droga se convirtió en una sensación cuando celebridades, influencers y políticos comenzaron a usarla para bajar de peso. El surgimiento del desafío #OzempicChallenge en TikTok impulsó aún más su popularidad, donde las personas compartían sus progresos de pérdida de peso después de usar el medicamento.
La fama de Ozempic incluso llegó a los Premios Oscar, cuando el presentador Jimmy Kimmel bromeó sobre la apariencia físa de sus colegas: “¿Debería usar Ozempic?”, dijo. Kimmel observó que sus colegas lucían bien y asoció esto con el uso del medicamento. Toda esta publicidad llevó a una verdadera carrera por el medicamento, lo que resultó en su escasez en varias farmacias.
Hace dos años, la empresa lanzó Wegovy, también basado en semaglutida, para el tratamiento de la obesidad. Rápidamente ganó popularidad en los mercados estadounidense y escandinavo, convirtiéndose en tan buscado como su “primo”. Cuando Wegovy se lanzó en el Reino Unido a mediados de este año, impulsó aún más los resultados de la farmacéutica.
El efecto Ozempic incluso podría representar una amenaza para el mercado de las patatas fritas. Un estudio realizado por Morgan Stanley sugiere que, con el uso de estos inhibidores del apetito, “millones de personas podrían estar consumiendo menos alimentos en general y evitando opciones no saludables”, lo que podría tener impactos significativos a largo plazo en industrias relacionadas con la alimentación, especialmente comida rápida, restaurantes y productos industrializados. El banco también prevé dificultades para los mercados de bebidas (alcohólicas y no alcohólicas) y programas de pérdida de peso.
Con todo el revuelo en torno a Novo Nordisk y Ozempic, surge la preocupación sobre un posible “Nuevo Efecto Nokia”, una referencia al fenómeno que ocurrió con Nokia, la gigante de las telecomunicaciones finlandesa, que llegó a representar alrededor de un tercio del PIB de Finlandia durante una década. Esta expresión fue acuñada por la revista “The Economist”.
A pesar de la importancia de Novo Nordisk en la economía danesa, el país no parece estar corriendo ese mismo riesgo. “Esta industria en su conjunto en el país tiene una sólida trayectoria de investigación e innovación, no convirtiéndose en un éxito de la noche a la mañana. A diferencia del mercado tecnológico, el sector médico y farmacéutico se centra en tratamientos a largo plazo, asegurando que sus productos permanezcan en el mercado durante muchos años”, evalúa Schröder, de la Universidad de Aarhus.
Además, el desafiante momento que enfrenta el sector productivo nacional está directamente relacionado con la desaceleración en las economías consumidoras de sus productos. Esto se debe a la alta dependencia de Dinamarca del mercado externo, explica Schröder. “Las grandes corporaciones escandinavas dependen de un mercado global abierto, ya que el mercado interno es relativamente pequeño. Nuestra industria productiva ha enfrentado dificultades desde mediados de 2022, principalmente debido a la desaceleración causada por la inflación elevada, que reduce el poder adquisitivo de los consumidores”, afirma. Según el profesor, la consolidación del sector es de extrema importancia para el país, pero no hay una dependencia excesiva de ella.